Nunca se reveló que el cadáver de Lara presentaba un orificio de entrada por el costado izquierdo del pecho. El chofer del vehículo no sufrió ni un rasguño. El escolta sentado delante del ministro sobrevivió con una herida muy leve, no obstante las ráfagas de ametralladora disparadas por el sicario. La ventanilla de la puerta del chofer no se rompió, pese al fuerte tiroteo que describieron los agentes del DAS. Todo apunta a que Rodrigo Lara Bonilla fue acribillado a mansalva y sobreseguro. Pablo Escobar fue sin duda el mandante del asesinato, pero en el iter criminis también participaron agentes oficiales. La muerte del ministro de Justicia no fue un crimen de Estado, pero sí un crimen oficial.
- info@paraleertemejor.com
Valoraciones
No hay valoraciones aún.