Eduardo empezó a escribir la novela a los veintidós años
influenciado por el mundo literario de Jorge Luis Borges, el tema del azar y la sobrepoblación mundial. La terminó veinte años después en 2014. Quedo en la gaveta hasta que recordó que hace espejo con la situación actual de pandemia y el estallido social. Se trata de una distopía ubicada en la París del futuro, una ciudad en decadencia atravesada por las secuelas de una pandemia, una guerra mundial y el descontento social de los habitantes de “Les Tunnels”.
Dice de ella la poeta colombiana Stefhany Rojas Wagner: “Sin lugar a dudas, para los tiempos inverosímiles que estamos experimentando, “Túneles de París” se vuelve un referente literario de la novela distópica que nos invita a visualizar la fractura de nuestra sociedad desde sus simientes”.
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